INFORMACIÓN QUE DEBE FACILITAR EL CLIENTE AL IMPRESOR

Cuando se desea obtener un embalaje impreso se deben tener en cuenta ciertos detalles para que el impresor disponga desde el primer momento de toda la información que va a necesitar.

Principalmente las impresiones son de dos tipos, imágenes genéricas o composiciones de líneas y formas.

Las imágenes genéricas se caracterizan por poder tener gradientes de colores y un nivel de detalle y una gama de colores tan grandes como se deseen. Un ejemplo sería la impresión de la fotografía de un paisaje o un logotipo como el de la ilustración 1. Este tipo de impresiones debe realizarse en papeles de calidad que permitan representar el nivel de detalle deseado. Para obtener este tipo de impresión sobre cartón ondulado el proceso consiste en imprimir la imagen sobre un papel adecuado y posteriormente pegar dicho papel sobre el cartón (contracolado).

Ilustración 1

Las composiciones de líneas y formas se caracterizan por usar un conjunto limitado de colores y por la inexistencia de gradientes. Estas imágenes están compuestas por regiones que pueden tener cualquier forma pero que están rellenas de un único color, por supuesto puede haber varias regiones cada una de un color y se pueden conseguir efectos similares a un gradiente creando nubes de puntos o mallados y variando su densidad o grosor. Este tipo de impresión se puede hacer directamente sobre el cartón ondulado sin necesidad de recurrir al procedimiento de contracolado que se comentó antes, aunque dependiendo de la calidad del material sobre el que se va a imprimir se podrá obtener mayor o menor nivel de detalle, por ejemplo un papel muy rugoso o un cartón ondulado pueden dar resultados insatisfactorios si se desean imprimir líneas muy finas o puntos muy pequeños. Desde luego cualquier composición de líneas y formas puede imprimirse como una imagen genérica.

Ilustración 2

Si lo que se desea imprimir es una imagen genérica como una fotografía o una imagen con gradientes de colores lo más conveniente es facilitar al impresor una prueba de dicha impresión que tenga buena calidad. También es posible presentar la imagen en soporte informático. Puede ser una imagen digitalizada (imagen de trama o pixelizada) teniendo cuidado de seleccionar una resolución suficiente para conseguir el nivel de detalle realmente deseado y evitar defectos como la aparición de dientes de sierra tal como muestra la ilustración 3.

 Ilustración 3

La resolución mínima aconsejada es 95 puntos/cm (240 dpi) y la idónea es de 118 puntos/cm (300 dpi). Algunos de los formatos de archivo válidos son ".bmp" (mapa de bits de Windows), ".tiff" (tagged image file format).

Aunque es una obviedad se va a poner un ejemplo. Si se desea obtener una impresión cuyo tamaño final es de 20×27 cm y se pretende conseguir una resolución buena de 118 puntos/cm se deberá suministrar una imagen de 2360×3186 pixels.

En muchas ocasiones la imagen que se desea imprimir ha sido confeccionada mediante el uso de algún programa de diseño gráfico, puede presentarse directamente el archivo generado por el programa lo que garantiza que el impresor dispone de toda la información que define la imagen. Algunos de los formatos de archivo válidos son ".fh" (Freehand), ".eps" (Encapsulated post script), ".psd" (Photoshop).

Si lo que se desea imprimir es una composición de líneas y formas lo más conveniente es presentar por separado una prueba de impresión por cada color que vaya a usarse, por supuesto cada prueba sólo contendrá la información pertinente al correspondiente color ignorando el resto de los colores. Así el ejemplo de la ilustración 2 debería presentarse de la siguiente manera:

Cada uno de estos documentos se conoce como negativo. Las regiones correspondientes a un determinado color están rellenadas en negro sobre fondo blanco, basta con presentar los negativos e indicar en que color se desea cada uno.

Como se comentó antes cabe la posibilidad de entregar estos documentos en soporte informático.